Guía para Elegir Correctamente un Emplaye o Película Stretch
Existen diferentes tipos de película stretch (emplaye) según su forma de aplicación y características. Los tres principales son: manual, automática y pre-estirada. Cada uno se adapta a ciertas necesidades operativas, volúmenes de empaque y tipos de carga. Además, hay variantes especiales (por ejemplo, films de colores, antiestáticos, con protección UV, perforados, etc.) que ofrecen funcionalidades adicionales para casos específicos. A continuación se describen los tipos principales y sus características para ayudar a determinar cuál es el adecuado en cada caso.
Película stretch manual
Es la película diseñada para envolverse manualmente alrededor de la carga, aplicada directamente por un operador. Suele emplearse en almacenes u operaciones de bajo volumen (típicamente menos de ~20 pallets por día o en cargas de tamaño/forma irregulares que requieren más flexibilidad en la aplicación. Por lo general viene en rollos más ligeros (2 a 4 kg) con anchos alrededor de 45-50 cm para facilitar su manejo.
Características: Ofrece una elasticidad moderada (se estira lo suficiente sin romperse bajo uso normal) y proporciona una sujeción firme para cargas adecuadas a su resistencia. Está disponible en diferentes calibres (espesores comunes ~50, 60, 70 gauge, equivalentes aprox. a 12-18 micrones) y longitudes de rollo variables. Posee propiedades autoadherentes (clingtack) que hacen que las capas se peguen entre sí sin necesidad de cinta ni calor adicional. Se recomienda usar un dispensador manual para un aplicado más fácil y uniforme.
Ventajas: No requiere inversión en maquinaria (es económicamente accesible), es versátil para envolver cargas de formas complejas, y el operario puede llevar el rollo a cualquier sitio de la planta. Es ideal para empresas pequeñas o con embalajes esporádicos.
Desventajas: La calidad y eficiencia de la envoltura dependen mucho de la habilidad y consistencia del operador. El proceso manual es más lento y menos uniforme que el automático, y demanda esfuerzo físico, pudiendo fatigar al personal. En volúmenes altos se vuelve poco práctico. Además, al tener menor capacidad de estiramiento que un film de máquina, suele requerir más material para lograr la contención necesaria.
Aplicaciones típicas: Almacenamientos pequeños, operaciones con pocos pallets diarios, cargas de menor peso o mercancías temporales. También es conveniente para productos delicados o de formas inusuales que necesiten un control manual al envolver.
Película stretch de aplicación automática
Este film está diseñado para uso con máquinas envolvedoras de pallets (también llamadas máquinas emplayadoras). Es común en almacenes de mediano a gran tamaño con líneas semiautomáticas o automáticas de empaque, donde el volumen de embalaje es alto (ej. más de ~20 tarimas al día) y se busca velocidad, uniformidad y eficiencia. Los rollos automáticos suelen ser más grandes y pesados, adecuados para montarse en la máquina.
Características: Tienen mayor elasticidad y capacidad de elongación, típicamente soportando estiramientos de hasta ~250-300% sin romper. Vienen en calibres y micrajes específicos para soportar cargas pesadas, con grosor muy uniforme para garantizar una envoltura consistente. Ofrecen alta resistencia a la tensión y punción, generando una fuerte fuerza de contención de la carga. Muchos films automáticos tienen adhesivo en una sola cara (normalmente la interior) para evitar que un pallet envuelto se pegue a otro durante el transporte.
Ventajas: Permiten envolver pallets de forma rápida y homogénea, mejorando la productividad en operaciones de alto volumen. La aplicación es más controlada: la máquina puede pre-estirar el film de forma constante, reduciendo el consumo de material y asegurando la misma tensión en cada pallet. Se minimiza la intervención humana, lo que mejora la seguridad y reduce la variabilidad. En general, se logra un menor uso de película por pallet comparado con el proceso manual, gracias al alto pre-estiramiento que realizan las máquinas y al ajuste óptimo de traslape y vueltas.
Desventajas: Requiere una inversión inicial en la envolvedora automática, la cual solo se justifica en entornos con suficiente volumen de empaque. La operación queda limitada a la ubicación de la máquina (menos movilidad). No es adecuada para empresas muy pequeñas donde la maquinaria no se amortiza por bajo uso. Además, se necesita personal capacitado para operar y mantener la máquina.
Aplicaciones típicas: Centros de distribución e industrias con alto flujo de pallets (decenas a cientos por día). Cargas muy pesadas, pallets muy altos o envíos a larga distancia que requieren envolturas firmes. Operaciones que demandan velocidad y consistencia, como líneas de producción automatizadas y logística de exportación.
Película stretch pre-estirada
Actúa como un punto medio entre la manual y la automática. Es un film que ya viene pre-estirado de fábrica (hasta ~150% de su longitud original, típicamente) y rebobinado, de modo que requiere mucho menos esfuerzo aplicarlo. Se puede usar manualmente (principal uso) logrando casi la misma tensión que obtendría una máquina, o incluso en algunas máquinas compatibles. Por lo general es más delgado que los films convencionales, pero gracias al pre-estirado y a fórmulas de alta resistencia, puede brindar desempeño equivalente con menor espesor.
Características: Ofrece tensión y fuerza de sujeción similares a un film automático aun aplicándose a mano. En calibres equivalentes resulta más resistente que un film manual convencional. Viene en calibres delgados de alto rendimiento, aprovechando materiales de calidad y varias capas para mantener la resistencia pese a menor espesor. Por ejemplo, existen pre-estirados de calibre 25 o 30 (micraje ~6-8 µm) que funcionan como alternativas a calibres 50+ tradicionales, con menor uso de plástico.
Ventajas: Reduce significativamente el consumo de material – se puede usar hasta un 30-40% menos de película que con un film manual estándar para lograr igual estabilidad. Al ya estar estirada, requiere menos esfuerzo físico del operario y agiliza el empaque. Mantiene una alta resistencia a desgarros y punción pese a su delgadez, protegiendo bien la carga. Además, al ser muy ligero el rollo, mejora la ergonomía y reduce la fatiga. Muchos pre-estirados ofrecen otras ventajas como excelente adhesividad (incluso en cuartos fríos) y menor ruido al aplicarse.
Desventajas: El costo por kilo del material suele ser mayor que el de un film convencional (por la tecnología agregada), aunque se compensa con el ahorro en cantidad usada. Si se desea usar en máquina, se necesita equipo ajustado para film pre-estirado. Algunos operadores inicialmente deben adaptarse a la diferente forma de aplicación (no es necesario estirar con fuerza, a diferencia de la película normal).
Aplicaciones típicas: Cargas ligeras a medianas donde se busca reducir material y facilitar el empaque manual. Empresas con enfoque en ahorro de costos y sustentabilidad, ya que al usar menos plástico por pallet, disminuyen residuos. También es útil en operaciones de envío a larga distancia cuando se emplea en máquinas, dado que su alta tensión asegura la carga durante trayectos prolongados. En general, es visto como “el futuro del embalaje”, combinando lo mejor de manual y automático.
Otras variantes de película stretch
Además de la clasificación por modo de aplicación, existen emplayes con propiedades especiales para necesidades particulares:
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Película stretch de colores: disponible en distintos tonos (negro, azul, verde, etc.). Útil para codificación de cargas por color, manejo de inventario por fechas o turnos, identificación por cliente o ruta, o para ocultar mercancía valiosa por seguridad. Ofrece las mismas propiedades mecánicas que la transparente, pero añade privacidad y organización visual.
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Película stretch de ancho reducido (mini-rollos): rollos angostos (~5 pulgadas / 12 cm) usados para emplayar objetos pequeños o agrupar productos individuales en un paquete. Pueden venir con o sin mango aplicador integrado. Son comunes para atar tubos, varillas, perfiles o cajas pequeñas entre sí.
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Película con inhibidor de corrosión (VCI): contiene aditivos anticorrosivos que protegen metales durante el almacenamiento y transporte. Empleada en industrias metal-mecánica o automotriz para envolver piezas metálicas, maquinaria o bobinas de acero, evitando la oxidación.
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Película stretch antiestática: diseñada para no acumular electricidad estática. Indicada para embalar componentes electrónicos sensibles o equipos informáticos, previniendo descargas que puedan dañarlos.
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Película con protección UV: incorpora estabilizantes UV para resistir la degradación por sol. Recomendada si las tarimas embaladas estarán expuestas a la intemperie o almacenadas a la luz solar por periodos prolongados (por ejemplo, productos agrícolas, materiales de construcción en patios, etc.).
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Película macro-perforada: es un film con perforaciones o huecos a lo largo, que permite el flujo de aire. Se usa en productos que necesitan ventilación mientras están embalados, como alimentos frescos (frutas, verduras) que respiran, pan recién horneado que debe enfriarse, o cargas calientes que requieren disipar humedad para no condensar. Las perforaciones evitan acumulación de condensación y permiten enfriar o congelar las cargas sin quitar el plástico.
Todas estas variantes mantienen la cualidad principal de la película stretch: su elasticidad y auto-adherencia para asegurar la carga, pero añaden funcionalidades para problemas específicos. Al elegir un emplaye para un caso particular, conviene consultar si alguna de estas versiones especiales aporta beneficios adicionales relevantes.
Para resumir las diferencias, la siguiente tabla comparativa muestra de forma general las características de los tipos de película por modo de aplicación:
Tipo de película | Modo de aplicación | Elasticidad | Resistencia | Usos típicos |
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Manual | Aplicación manual por operador | Moderada | Media | < 20 tarimas/día; almacenes pequeños; cargas irregulares o pequeñas |
Automática | Con máquina envolvedora fija o móvil | Alta | Alta | > 20 tarimas/día; almacenes grandes; procesos automatizados; grandes volúmenes o cargas pesadas. |
Pre-estirada | Manual (o en máquina compatible) | Alta | Alta | Cargas medianas; operaciones que buscan ahorro de material; también cargas ligeras o moderadas según sea manual o automática. |
Especificaciones técnicas clave de la película stretch
Al seleccionar un film stretch es fundamental considerar sus especificaciones técnicas, ya que determinan el desempeño y la adecuación a cada aplicación. Las propiedades clave incluyen grosor, capacidad de elongación, resistencia a la punción/desgarro, material de fabricación y nivel de adhesividad, entre otras. A continuación se explican estos aspectos:
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Grosor (Calibre): El grosor de la película se mide típicamente en micras (μm) o en calibre/gauge (milésimas de pulgada). Un número de calibre más alto indica una película más gruesa. Por ejemplo, calibre 50 ~ 12,7 μm, calibre 80 ~ 20,3 μm. El grosor influye directamente en la resistencia: películas más gruesas brindan mayor protección contra rasgado y golpes, pero también incrementan el costo por metro y añaden peso. ¿Cuál elegir? Depende de la carga: para productos frágiles o con bordes afilados se recomienda un calibre mayor que amortigüe mejor y no se perfore fácilmente. Para cargas muy pesadas o pallets altos, un film más grueso aporta estabilidad y reduce riesgo de roturas. En cambio, cargas ligeras y no delicadas pueden utilizar calibres delgados sin problema. Es importante buscar un calibre uniforme en toda la película (sin zonas más delgadas) ya que un espesor inconsistente se convierte en el punto débil por donde puede romper.
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Elongación (capacidad de estiramiento): Es el porcentaje máximo que la película puede estirarse de su longitud original antes de romper. Las películas de máquina modernas suelen ofrecer elongaciones muy altas, de 200% hasta 300% o más, mientras que las manuales convencionales alcanzan quizá ~100-150%. Una mayor elongación potencial indica que el film puede estirarse más sin romper, lo que en principio permite sujetar mejor la carga con menos material. Sin embargo, más elongación no siempre significa “mejor” en la práctica. Debe ser adecuada al método de aplicación: por ejemplo, un film que estira 350% no aportará ventajas si se aplica manualmente (donde el operario difícilmente alcanzará ese estiramiento) o si la máquina solo estira al 150%. De hecho, la mejor película manual es a menudo la pre-estirada, la cual tiene elongación remanente muy baja (menos de 30% adicional) dado que ya viene estirada. Esto la hace más fácil de aplicar. En resumen, se debe elegir una película con elongación útil acorde al proceso: suficiente para asegurar la carga, pero no excesiva al punto de ser subutilizada. Siempre seguir las recomendaciones del fabricante para aprovechar el rango de estiramiento óptimo.
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Resistencia a la punción y al rasgado: Esta propiedad indica qué tan bien soporta la película la presencia de esquinas, aristas o salientes sin romperse. Una mayor resistencia a punción es deseable para evitar que el film se perfore en las esquinas de las cajas o en partes sobresalientes de la mercancía. Está relacionada con el grosor y la calidad del material: en dos películas iguales, la más gruesa generalmente resiste más antes de romper. También influye el proceso de fabricación (películas sopladas tienden a tener mayor resistencia mecánica que las cast, ver más adelante). Siempre se busca la mayor resistencia posible, pero equilibrada con el costo: no siempre es necesario un film “ultra resistente” si la carga es uniforme y lisa, podría aceptarse una resistencia moderada para ahorrar dinero. Este dato suele medirse en pruebas estándar (por ejemplo ASTM D1709 o D2582) que indican la fuerza necesaria para perforar la película (). Además de punción, la resistencia al rasgado propagado (que una vez picada no se siga desgarrando fácilmente) es importante. Optar por un material con buena tenacidad evitará rupturas súbitas durante el embalaje o el transporte.
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Tipo de material y método de fabricación: Casi toda película stretch comercial es de polietileno lineal de baja densidad (LLDPE), a veces con mezclas de otras resinas. La fabricación se realiza principalmente por dos métodos: fundido (cast) o soplado (blown). El método cast consiste en extruir el plástico sobre rodillos enfriados, dando un film muy claro, silencioso al desenrollar y con adhesividad en ambas caras. Su costo de producción es menor, por lo que es el más difundido para films manuales y automáticos estándar. En cambio, el film soplado se fabrica inflando un globo de polímero fundido; resulta ligeramente más opaco o con “neblina”, y normalmente con adhesivo solo en una cara. La ventaja del soplado es su mayor resistencia al desgarre y “memoria” (tiende a contraerse ligeramente tras estirarse, ajustándose más a la carga). Por ello, ciertos films de alto desempeño o para cargas muy pesadas se producen por este método, aunque a mayor costo. En la práctica, para la mayoría de aplicaciones los films de polietileno cast multicapa funcionan muy bien y ofrecen mejor claridad para identificar la mercancía. Algunos fabricantes destacan el número de capas de la película (ej. 3, 5, 7 capas); más capas bien diseñadas pueden mejorar propiedades, pero no es garantía por sí misma de calidad. Lo importante es la formulación: aditivos como metalo-cenos pueden aumentar la resistencia y elasticidad; otros aditivos pueden dar propiedades especiales (UV, antiestático, VCI, color, etc.). En resumen: asegúrese de que el film sea de resina virgen de buena calidad (especialmente en alimentos o fármacos), con proceso controlado que garantice espesor uniforme y las propiedades anunciadas.
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Adhesividad (autoadherencia o cling): Es la capacidad de la película de pegarse sobre sí misma en las vueltas, de modo que la carga quede envuelta como en una sola pieza. Viene dada por formulación (resina y aditivos) y por el lado que tenga el tratamiento adherente. Algunos films tienen adhesivo en ambas caras (caso típico de cast film estándar), y otros solo en una cara (útil para que el exterior no se pegue a otros objetos). Una buena película debe tener suficiente tack para que las capas exteriores no se suelten durante el traslado, pero tampoco ser exageradamente pegajosa al punto de dificultar desenrollar el rollo o provocar que se pegue el pallet a sus vecinos. La adhesividad ideal es aquella que mantiene las vueltas cohesionadas pero permite retirar el film fácilmente al desembalar sin dejar residuos. Este atributo suele medirse con pruebas de pelado en gramos-fuerza (). Al evaluar opciones, compruebe si la película es de una o dos caras adheribles según su necesidad: por ejemplo, si va a envolver objetos individuales (no pallets), una película de una cara adherente puede evitar que el bulto se pegue a otras superficies. En cambio, para envolver tarimas completas, suele preferirse adherencia en ambas caras para una mejor sujeción.
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Transparencia y propiedades ópticas: La mayoría de películas stretch son transparentes y brillantes, lo que permite inspeccionar fácilmente la mercancía envuelta, leer etiquetas o códigos de barras a través de ella, etc. Una alta claridad es deseable en sectores como alimenticio o minorista donde se debe identificar el contenido sin desarmar la paleta. No obstante, como vimos, existen variantes opacas o de color cuando se requiere ocultar la carga (por seguridad o diferenciación). La transparencia puede variar ligeramente según el material (films soplados son menos claros), el espesor y la cantidad de reciclado en la mezcla. Un film de buena calidad tendrá baja turbidez y alto brillo, dando una presentación limpia al pallet.
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Otras especificaciones técnicas: Pueden ser relevantes según la aplicación: por ejemplo, el ancho del rollo (los estándar son ~45-50 cm para manual y 50-60 cm para máquina; anchos especiales como 75-100 cm existen para equipos automáticos grandes, y mini-rollos de ~10-15 cm para usos específicos). La longitud del rollo (metros lineales) y el peso neto del mismo también importan para estimar rendimiento y facilidad de manejo. El “neckdown” o reducción del ancho al estirar (que la película se angoste) debe ser mínimo en films de calidad, pues un encogimiento excesivo reduce la cobertura y obliga a dar más vueltas. También se puede preguntar por la fuerza de contención que ofrece (algunos proveedores la miden en kg de fuerza lateral sobre la carga a cierto % de estiramiento). Finalmente, verificar si el material es apto para contacto alimentario si existe posibilidad de que toque directamente alimentos: la mayoría de films LLDPE puros lo son (no tóxicos) (), pero conviene confirmarlo con el proveedor especialmente en sectores regulados.
Influencia del tipo de carga en la elección del emplaye
No existe una única película stretch óptima para todo; la naturaleza de la carga o producto a embalar debe guiar la selección. Factores como el peso, la forma, dimensiones y fragilidad de lo que se va a envolver influyen en qué tipo de film y especificaciones se requieren:
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Peso y tamaño de la carga: El peso total del pallet es crítico. Cargas muy pesadas (por ejemplo paletas con más de 1 tonelada) requieren película más resistente y de mayor calibre para garantizar que no ceda durante el manejo. Un film demasiado delgado podría estirarse en exceso o romperse con el vaivén de un pallet pesado. De igual modo, pallets muy altos o voluminosos ejercen más presión sobre el film; un calibre grueso (ej. 80+ gauge) facilita el agarre y reduce riesgo de desgarros en estos casos. Para cargas ligeras o medianas, se puede optar por películas más delgadas o de alto rendimiento, suficientes para asegurar el peso sin agregar costo innecesario. Además, si la carga es compacta y unitaria (p.ej. un electrodoméstico grande), posiblemente convenga una película más gruesa para mantener firmeza. Por el contrario, muchas cajas pequeñas palletizadas (peso distribuido) pueden sostenerse con film más liviano aplicando las técnicas adecuadas.
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Forma, distribución y bordes de la mercancía: Las formas irregulares o con esquinas pronunciadas representan un desafío para el emplaye. Si en la tarima hay puntas o bordes duros (p. ej., esquineros de madera, perfiles metálicos, extremos de cajas sobresalientes), es muy importante usar un film con alta resistencia a la punción o mayor espesor para evitar perforaciones. También se pueden añadir protecciones (esquineros de cartón/plástico) para cubrir esas aristas y así un film estándar podría servir sin romperse. Si la carga tiene huecos o espacios vacíos (por ejemplo, pallets incompletos con huecos entre cajas, o maquinaria de forma irregular), el film debe tener buena elasticidad para adaptarse y “ajustar” envolviendo dichos contornos. En esos casos suele preferirse envolver manualmente o con pre-estirado, ya que el operador puede prestar atención especial a rellenar los huecos con más vueltas de film si hace falta. En cambio, para cargas de forma regular (pallets cúbicos bien formados), una máquina envolvedora puede trabajar eficientemente con parámetros uniformes. Resumiendo: cargas con bordes afilados = film más fuerte; cargas con formas complejas = posiblemente film manual o pre-estirado para más control; cargas bien uniformes = cualquier film, optimizando quizá por costo.
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Fragilidad y naturaleza del producto: Si el contenido es frágil o delicado, se debe elegir un film que garantice su protección sin causar daños. Por un lado, se recomienda un calibre mayor que ofrezca cojín contra vibraciones y golpes, y que permita aplicar más tensión sin romper (manteniendo las cajas firmes para que no se muevan individualmente). Por otro lado, con productos muy sensibles (ej. aparatos electrónicos, cerámica fina), hay que cuidar de no aplicar demasiada fuerza de compresión al envolver, pues la propia tensión del film podría deformar o aplastar el contenido. En tales casos, se podría usar un film pre-estirado (que no requiere aplicar tanta tensión manualmente) o simplemente envolver con una tensión moderada y quizás dar alguna vuelta extra en lugar de estirar al máximo. La fragilidad también influye en complementos: puede ser recomendable usar esquineros de protección para que el film no aplaste las esquinas de cajas débiles, o colocar una capa de film espuma o burbuja antes del stretch para amortiguar. En general, mientras más frágil sea la mercancía, más vale priorizar la protección sobre el ahorro de material: usar un buen film, de suficiente espesor, y técnicas suaves de embalaje.
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Condiciones de transporte y almacenamiento: Aunque la pregunta se enfoca en la carga, vale mencionar que la elección del film también debe considerar las condiciones que enfrentará la carga. Por ejemplo, si el pallet viajará en camión por largas distancias o caminos irregulares, conviene un film robusto, con varias capas de envoltura y alto poder de contención para que no se desarme en trayecto. Si la carga se almacenará a la intemperie, requerirá film con protección UV para que no se degrade con el sol. Si se almacenará en cámara fría o congelación, es vital que el film mantenga su adhesividad y flexibilidad en bajas temperaturas (algunos films pierden adherencia cuando hace mucho frío). De hecho, existen películas formuladas para cuartos fríos con pegajosidad especial en esas condiciones. También el tiempo: para almacenajes prolongados, usar un film de buena calidad que no se destense con las semanas (los films soplados tienen algo más de memoria elástica para estos casos). En cambio, para traslados cortos o almacenajes temporales, se podría economizar con un film más sencillo. En síntesis, adapte la selección no solo al qué se envuelve, sino también al cómo y dónde se va a mover/guardar esa carga.
Diferencias entre emplayes para uso industrial vs comercial
La película stretch se utiliza tanto en ámbitos industriales (fabricación, logística pesada) como comerciales (comercios, pequeñas empresas, almacenes minoristas). Si bien el material base es el mismo, las necesidades difieren en escala y enfoque, lo que conduce a diferencias en la selección y uso:
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Entornos industriales: Aquí se manejan altos volúmenes de empaque y cargas de mayor tamaño/peso. Es común el uso de emplaye automático con maquinaria para lograr eficiencia en líneas de producción continuas. Los rollos suelen ser de mayor tamaño (8-16 kg en films de máquina) y calibres medios a altos, diseñados para resistir largas rutas de transporte y manipuleo frecuente. En industria se prioriza el rendimiento y la resistencia: por ejemplo, se invierte en películas de alto desempeño que aseguren la estabilidad de pallets pesados con la menor cantidad de vueltas. También se aprovechan más las ventajas de diferentes formulaciones: no es raro que una planta industrial tenga varios tipos de film según la aplicación (uno más grueso para ciertos productos, otro delgado de alto rendimiento para otros, film VCI para piezas metálicas, etc.). En resumen, en uso industrial el emplaye es una parte crítica del proceso logístico, se busca la máxima seguridad de carga y optimización de costos a gran escala. La consistencia es clave: cada pallet debe salir uniformemente envuelto para evitar accidentes o rechazos.
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Entornos comerciales (y PyMES): Incluye tiendas, distribuidoras pequeñas, empresas de mudanzas, negocios retail que embalan mercadería, etc. Aquí el volumen de uso es menor, por lo que típicamente se emplea película manual o pre-estirada aplicada a mano. Los rollos son más pequeños y manejables (para no fatigar al personal) y muchas veces se compran presentaciones estándar “universales” en lugar de especializadas. En lo comercial se suele buscar sobre todo la practicidad y economía: un solo tipo de rollo que sirva para todo tipo de bultos que manejan, generalmente transparente de calibre intermedio (por ejemplo calibre 60-80, considerado “multiusos”). La calidad sigue siendo importante – un pallet mal envuelto en una tienda puede derivar en mercancía dañada – pero quizá no se invierte en la película top de gama porque el riesgo es menor (envíos locales, pesos moderados). Otra diferencia es que en entornos comerciales a veces se embalan productos de frente al cliente (p.ej. en un mostrador de paquetería o al preparar un mueble para entrega), por lo que se aprecia que la película sea limpia, transparente y fácil de usar, dando buena presentación. También es más común que en lo comercial se requiera flexibilidad: hoy envuelvo una tarima, mañana unas cajas sueltas, etc., por lo que tener un rollo manual versátil funciona mejor que una máquina fija. Por último, la inversión en maquinaria de empaque en pequeños negocios suele ser limitada; en lugar de una envolvedora automática, a veces optan por herramientas semiautomáticas (dispensadores, máquinas envolvedoras económicas) o simplemente el trabajo manual.
En síntesis, industrial vs comercial se diferencia en escala y exigencia: Industrial implica grandes volúmenes, maquinaria, films especializados y foco en rendimiento por pallet; Comercial implica bajos volúmenes, métodos manuales, films estándar y foco en facilidad de uso. Si su operación es industrial y crece en volumen, migrar de film manual a automático es casi inevitable para mantener la eficiencia (un parámetro común: ~20+ pallets/día justifica pasar a envolvedora automática). Si su operación es comercial/pequeña, probablemente un buen film manual o pre-estirado le resolverá la mayoría de necesidades sin tener que invertir en complejas soluciones industriales.
Recomendaciones de emplaye por industria
A continuación, se presentan recomendaciones específicas de película stretch para distintos sectores industriales, considerando sus requerimientos típicos:
Industria alimenticia (alimentos y bebidas)
El sector de alimentos y bebidas es uno de los mayores usuarios de película stretch, pues garantiza que los productos lleguen en condiciones higiénicas y seguras. Para esta industria se recomienda:
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Película grado alimenticio: Asegurarse de que el film sea virgen y no tóxico, apto para contacto indirecto con alimentos. Muchos fabricantes certifican sus rollos según normas FDA o similares para tranquilidad del cliente (). Evitar películas con contenido reciclado de fuente desconocida, ya que podrían traer contaminantes no aceptables en entornos alimenticios.
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Transparencia y control: Usar película transparente para poder inspeccionar fácilmente los productos (lotes, etiquetas) sin retirar el embalaje. Además, facilita verificar la higiene de la carga. La película stretch proporciona una barrera física contra polvo, humedad y manipulación, ayudando a mantener la limpieza de los alimentos envasados. Si se requiere ocultamiento (por ejemplo, para evitar que se vea un producto valioso o prevenir decoloración por luz), podría usarse film de color opaco, pero en general en alimentos se prefiere ver el contenido.
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Resistencia y estabilidad: En bebidas (botellas, latas) es crucial un film de alta resistencia que mantenga bien apretadas las unidades para que no se desmoronen las tarimas. Suele emplearse calibre medio-alto (mínimo ~20 µm) o films de máquina con buen pre-estirado para lograr firmeza. En alimentos perecederos, a veces se envuelven pallets de cajas congeladas; allí conviene un film con adhesividad formulada para frío (capaz de pegar incluso con condensación o temperaturas bajo cero).
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Ventilación cuando aplique: Si el producto empaquetado necesita respirar (p. ej. frutas y verduras frescas, pan caliente), considerar uso de film perforado o combinar el stretch con cubiertas que permitan ventilación. Esto evita acumulación de humedad que podría pudrir alimentos. Algunos productores utilizan film stretch macro-perforado para pallets de frutas, de modo que puedan ser enfriadas rápidamente en cámaras post-cosecha sin quitar el plástico.
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Rotación e identificación: En almacenes alimenticios con muchas tarimas, puede ser útil usar película de color para identificar rápidamente distintos destinos o fechas de producción. Por ejemplo, film azul para productos congelados, verde para frescos, o diferentes colores por día de la semana para gestión FIFO. Esto agiliza la logística interna.
En resumen, en alimentos y bebidas: priorizar limpieza, que el film no transfiera olores ni sustancias, buena resistencia para pallets pesados (bebidas), y soluciones como perforado o UV según las condiciones (frío, luz solar, etc.). La película stretch es esencial para mantener la higiene y protección de los productos alimenticios durante su transporte.
Industria farmacéutica
La industria farmacéutica maneja medicamentos, dispositivos médicos y productos de alto valor que requieren un embalaje impecable. Para este sector:
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Calidad y pureza del film: Se debe usar película stretch de la más alta calidad (grado farmacéutico si es posible), asegurando que no tenga impurezas ni agentes contaminantes. Es altamente recomendable utilizar film 100% virgen (sin reciclado post-consumo), dado que el reciclado mal filtrado podría introducir partículas o reducir propiedades de protección. La integridad del empaque es crucial para no comprometer la esterilidad o eficacia de los medicamentos.
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Protección contra contaminación y condiciones ambientales: Un buen stretch film protegerá los productos farmacéuticos de polvo, humedad y manipulaciones no autorizadas durante el almacenamiento y transporte. Aunque el stretch no es hermético, actúa como barrera secundaria manteniendo unidos los paquetes primarios (cajas de medicamentos) y dificultando aperturas accidentales. Además, añade una capa de seguridad evidenciando cualquier intento de alteración (si alguien rompe el film, es notorio). Para medicamentos muy sensibles a la humedad, se deben combinar con sus embalajes primarios adecuados, pero el film ayuda a que las cajas no absorban humedad ambiental.
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Claridad y trazabilidad: Usualmente se utiliza film transparente en farma, ya que permite verificar rápidamente los sellos de las cajas, leer etiquetas y códigos de barras sin des-empaquetar. Esto es importante para inspecciones de lote/expiración en recibo de mercadería o para los hospitales y farmacias que requieren ver el producto. El film de color u opaco no es común salvo en casos de productos que deban mantenerse discretos; incluso entonces, se prefiere métodos como cubiertas aparte para no entorpecer la identificación.
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Film antiestático (si aplica): En algunas operaciones farmacéuticas (por ejemplo, embalaje de dispositivos electrónicos médicos o laboratorios con atmósferas controladas) puede ser útil un film antistático para evitar la acumulación de polvo o el riesgo de chispas. Esto aplica también si se embalan sustancias en polvo muy finas (principios activos) donde la estática podría atraerlas a la pared del film.
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Integridad en transporte: Muchos fármacos viajan largas distancias, incluso aéreas. Se recomienda film estirable automático de alto desempeño para pallets muy pesados (como grandes embarques de medicamentos) que garantice estabilidad durante traslados internacionales. Para cargas más pequeñas, el film manual de buena calidad bastará, pero siempre verificando que quede bien ajustado y sin partes flojas. La resistencia es clave: cajas con frascos de vidrio, por ejemplo, deben ir fuertemente sujetas para no moverse ni chocar entre sí.
En la industria farmacéutica, no se escatima en embalaje: la película stretch adecuada asegura que los medicamentos y equipos lleguen íntegros y libres de contaminación, cumpliendo los altos estándares de este sector.
Sector logística y distribución
En centros de logística, almacenaje y transporte, el emplaye es omnipresente como medio de unificar y proteger distintos tipos de cargas. Algunas recomendaciones para este sector:
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Alto rendimiento y eficiencia: Las operaciones logísticas manejan miles de pallets, por lo que el costo por unidad envuelta es un factor crítico. Se recomienda utilizar películas stretch de alto rendimiento, ya sea en máquina o manual, que minimicen el consumo. Por ejemplo, films que permitan estiramientos del 250% o más en máquinas, reduciendo la cantidad de material por pallet, o films pre-estirados manuales que rindan mucho más metros por kilo. Esto impacta directamente en la eficiencia de costos.
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Maquinaria adecuada: En logística de gran escala, automatizar el emplayado es casi obligatorio. Se debe contar con envolvedoras automáticas o semiautomáticas confiables, y seleccionar film compatible con ellas (rollos de máquina, ancho correcto, etc.). Un film automático de calidad brinda envolturas consistentes que ayudan a mantener la estabilidad en el almacén y en el transporte. Para operaciones medianas, carritos envolvedores móviles o sistemas orbitales también pueden mejorar tiempos.
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Estabilidad de cargas mixtas: En almacenes logísticos a menudo se arman pallets con productos variados (diferentes cajas apiladas juntas). Esto puede generar formas irregulares. Es importante elegir un film con buena elasticidad y resistencia a la punción para amoldarse a estas cargas mixtas sin romperse en las esquinas de cajas disparejas. Un film soplado podría ser útil para máxima resistencia, aunque uno cast multicapa de buen calibre también funciona. A veces se combinan técnicas: envoltura con film + flejado (fajas plásticas) para mayor sujeción en cargas muy pesadas.
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Identificación y seguridad: En logística se suele implementar codificación por color con el stretch film para facilitar la gestión: por ejemplo, usar film de cierto color para diferenciar rutas de envío, o negro opaco para envíos de alto valor que no conviene que sean visibles (camuflaje de mercancía). Esto añade una capa de seguridad. Sin embargo, al usar film opaco, asegurar de tener sistemas alternos para lectura de códigos (como etiquetas externas) ya que no se verán a través del plástico.
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Protección climática: Si los pallets pueden quedar a la intemperie durante cargues/descargues o en camiones abiertos, es esencial que la película los proteja de lluvia ligera y polvo. Un buen stretch bien aplicado actuará como funda impermeable en cierta medida, evitando salpicaduras y suciedad. Para exposiciones prolongadas, considerar film con aditivos UV para que no se degrade bajo el sol en patios logísticos.
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Rapidez vs. cuidado: La logística valora la rapidez, pero no a costa de la calidad del empaque. Capacite al personal para envolver correctamente sin omitir vueltas de refuerzo (ej. unas vueltas extra en la base y en la cúspide de la tarima para asegurar las cajas). Un error común es apurar el proceso y que la carga quede floja o el film arrugado; esto puede resultar en pallets inestables. Mejor invertir unos segundos más y aplicar la película de forma uniforme y tensa en todos los niveles de la tarima.
En definitiva, en logística la película stretch es una herramienta para garantizar la seguridad y estabilidad de las cargas, mantenerlas protegidas de elementos externos, y posibilitar un manejo eficiente. Elegir la adecuada (y usarla bien) reduce daños en tránsito y mejora la productividad general de la operación.
Industria manufacturera
Incluye fábricas de diversos rubros (automotriz, electrónica, textiles, químicos, etc.) donde la producción terminada o insumos se embalan en tarimas. Las recomendaciones generales:
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Ajustado al producto final: Analizar el tipo de producto manufacturado. Por ejemplo, en la industria automotriz o metalmecánica, donde se embalan piezas metálicas pesadas o componentes con bordes, un film stretch de alta resistencia (calibre alto o soplado) es lo indicado, posiblemente complementado con película VCI si hay riesgo de corrosión durante el trayecto. Para productos voluminosos como electrodomésticos, se usan films gruesos para soportar el peso y proteger contra golpes. En cambio, en manufactura de bienes ligeros (textiles, calzado), se pueden aprovechar films delgados de alto rendimiento que reducen costos y generan menos residuos, ya que las cargas no exigen tanta resistencia.
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Protección de insumos y semielaborados: No solo el producto terminado se envuelve; muchas manufactureras usan stretch para materias primas o componentes internos (por ejemplo, rollos de tela, paquetes de piezas, etc.). En estos casos, considerar si se requiere algún atributo especial: film antiestático en electrónica para componentes sensibles, film de color para diferenciar materiales, o film perforado si se embalan sustancias químicas que necesitan ventilación. La película estirable ayuda a mantener ordenados y protegidos estos materiales dentro de la planta, evitando polvo y humedad que puedan afectar su calidad.
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Resistencia a ambientes industriales: Algunas fábricas tienen condiciones exigentes (calor, polvo, humedad). Asegurarse de que la película elegida las tolere. Por ejemplo, en industrias de congelados o helados (parte alimenticia) los pallets entran y salen de cámaras frías – se usa film apto para frío. En industrias químicas, puede haber calor o emanaciones: un film resistente a temperaturas un poco más altas y químicamente inerte será importante (el polietileno generalmente lo es). La película stretch en manufactura también evita que el polvo industrial se deposite en los productos, actuando como barrera contra el polvo durante el almacenamiento.
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Estandarización y eficiencia: A nivel de planta, conviene estandarizar uno o pocos tipos de film para simplificar el abastecimiento y entrenamiento. Identifique el peor caso (por ejemplo, la pieza más pesada o crítica que embale) y elija un film que lo cubra; luego vea si ese mismo puede usarse para productos más ligeros optimizando la tensión. Muchas empresas adoptan un film automático para todo su piso productivo, regulando la máquina según el producto. Otras tienen dos calidades: uno pesado y uno ligero. Lo importante es que el personal sepa cuándo usar cuál y cómo aplicarlos correctamente.
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Considerar Stretch Hood para ciertos casos: Si la manufactura envía pallets muy uniformes y desea máxima protección (impermeabilidad total), podría evaluarse el uso de stretch hood (capuchón elástico) en lugar de film stretch convencional. Es una tecnología distinta, pero para empresas grandes de ciertos rubros (p.ej. productores de botellas PET vacías, ladrillos, cemento) puede ser una solución superior. No obstante, para la mayoría de fabricantes medianos, la versatilidad y bajo costo del film stretch estándar lo hacen la mejor opción.
En conclusión, en la manufactura la película stretch se adapta a multitud de usos, desde proteger productos terminados en camino al cliente hasta resguardar materiales dentro de la fábrica. Proporciona una barrera contra polvo y humedad y mantiene la integridad de los bienes durante el transporte, siendo suficientemente fuerte para soportar los rigores logísticos de productos industriales.
Opciones sostenibles o reciclables en el mercado
La preocupación por la sostenibilidad ha alcanzado también al empaque con film stretch. A continuación, se discuten las opciones “ecológicas” disponibles y consejos para minimizar el impacto ambiental del emplaye:
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Película stretch degradable/biodegradable: Existen films a los que se les añade un aditivo degradante (p. ej. tipo oxo-biodegradable) para que, tras su uso, el plástico se rompa más rápidamente en partículas finas y pueda ser asimilado por microorganismos. Si bien suena ideal, hay consideraciones importantes: al agregar estos aditivos, en muchos casos el producto pierde la posibilidad de ser reciclado convencionalmente, ya que la química que provoca la degradación interfiere en el reciclaje. Además, la presencia de esos aditivos puede mermar algunas propiedades de la película – se ha reportado reducción en elongación, resistencia a punción y transparencia, lo cual obliga a usar más film para lograr la misma sujeción, contrarrestando el beneficio ambiental. Otro inconveniente es el costo, típicamente un 15% mayor o más. Por tanto, los films degradables/biodegradables deben usarse solo cuando la logística de reciclaje sea inviable, por ejemplo, en aplicaciones donde seguramente el plástico terminará en la basura general o el medio ambiente. Si existe la posibilidad de recuperar el film usado, es preferible reciclarlo que degradarlo. En resumen, es una opción pero con sacrificio de rendimiento y aumento de costo, útil únicamente en escenarios específicos de desecho.
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Película con material reciclado (PCR): Otra vía “verde” es fabricar el stretch film con resinas recicladas posconsumo. Algunas marcas ofrecen películas con cierto porcentaje de PCR (Post-Consumer Recycled) para reducir el uso de resina virgen. Sin embargo, producir stretch film delgado con material reciclado presenta retos: debido a lo fino del calibre (25 a 80 gauge normalmente), es difícil eliminar 100% las impurezas del plástico reciclado, lo que puede generar puntos débiles (basuritas o carboncillos incrustados que rompen el film). También, procesar resina reciclada en extrusoras rápidas es complejo – muchas líneas actuales corren a >500 m/min, y el reciclado de calidad inconsistente puede ocasionar paros por filtrados o roturas. En consecuencia, a menudo un film con alto contenido reciclado tiene desempeño inferior: se rompe más fácil y rinde menos, obligando a usar más material para embalar lo mismo. Además, hay que ser cuidadoso con el origen del reciclado: si proviene de basura posconsumo general, podría haber contaminación química, lo cual es delicado si se embalan alimentos o fármacos. Actualmente, muchas empresas limitan el porcentaje de PCR en films stretch a niveles bajos (10-30%) para mantener propiedades. ¿El futuro? Se están desarrollando tecnologías para mejorar esto – por ejemplo, se han logrado films stretch con ~30% reciclado manteniendo alta claridad y resistencia mediante filtrado avanzado de impurezas. Estos avances indican que en unos años podríamos ver films “eco” más viables. Por ahora, si opta por un film con reciclado, pruébelo cuidadosamente en sus cargas para confirmar que no comprometa la sujeción.
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Película stretch reciclable: La buena noticia es que toda película stretch de polietileno es 100% reciclable en teoría. Esto significa que, más que buscar un film “especial reciclable”, el enfoque debe estar en recuperar y reciclar el film después de usado. Para hacerlo sostenible: minimice el material usado y luego recójalo de forma adecuada. Algunas recomendaciones prácticas:
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Reducir consumo: Utilice la película de mayor rendimiento posible que cumpla su función (es decir, embale con la menor cantidad de plástico necesaria sin poner en riesgo la integridad de la carga). Esto se logra eligiendo calibres más delgados pero resistentes, películas pre-estiradas, y aplicando correctamente la técnica para no desperdiciar. Menos kilos de plástico consumidos = menos residuos a gestionar.
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Acopio limpio: Una vez el pallet llega a destino y se retira el film, intente que este se separe limpio de otros desechos. Idealmente no mezclarlo con cintas, flejes, etiquetas o basura; removerle cualquier contaminante grande. Un film relativamente limpio tiene mucho más valor para reciclaje.
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Compactar: Si su operación genera un volumen grande de pelícola desechada, use una prensa o compactadora para hacer pacas/balas de plástico estirable. Esto ahorra espacio de almacenamiento y facilita el transporte para reciclaje. Muchas recicladoras proveen prensas en comodato si se justifica el volumen.
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Reciclar/vender: Contacte a empresas recicladoras de plástico que recolecten polietileno LLDPE film. El stretch usado, al ser polietileno puro, es materia prima valiosa para hacer bolsas, láminas, tubería, etc. Las recicladoras a menudo pagan por este material, dependiendo de su limpieza y cantidad. Se puede recuperar entre un 20% y 50% del costo original de la película vendiéndola para reciclaje, beneficio nada despreciable. Además, estar reciclando reduce la huella ambiental de su empresa y puede contabilizarse en sus iniciativas verdes.
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En conclusión, las opciones sostenibles en stretch film se resumen en: a) usar menos plástico (mediante films más delgados y eficientes), b) en lo posible, usar plástico reciclado sin perder calidad (tecnología en progreso), c) facilitar el reciclaje posuso (recuperar y reintroducir el material en la cadena productiva). Por ahora, lo más efectivo ambientalmente es reducir y reciclar en vez de apostar por biodegradables, salvo escenarios específicos. Adicionalmente, puede buscar proveedores que ofrezcan programas de economía circular (algunos retiran el film usado y garantizan su reciclaje). Con buenas prácticas, el emplaye puede ser seguro para sus productos y a la vez más amigable con el planeta.
Consejos para optimizar costos sin sacrificar calidad
El emplaye representa un costo operativo importante, pero existen estrategias para reducir ese costo sin comprometer la calidad de embalaje (es decir, manteniendo las cargas igual de protegidas). A continuación, algunos consejos clave:
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Seleccionar el calibre adecuado para cada carga: Evite tanto el “sobre-empaque” (usar film demasiado grueso para algo ligero) como el “sub-empaque” (film muy delgado para algo pesado que terminará rompiéndose y usando más vueltas). Analice peso, tamaño y fragilidad de sus productos y elija el espesor mínimo que garantice protección. Por ejemplo, calibre 50-60 (12-15 µm) puede ser suficiente para productos ligeros y no frágiles, mientras que cargas más robustas quizás requieran calibre 80 (20 µm) o 100 (25 µm). Recuerde que aumentar calibre aumenta la resistencia pero también el costo por metro; encuentre el balance óptimo. Muchos proveedores ofrecen asesoría para determinar el calibre según peso de tarima: ¡aprovéchela! Usted podría estar usando un film más grueso del necesario por mera costumbre. Ajustar esto ahorra dinero en cada pallet.
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No comprar solo por precio por kilo, sino por rendimiento: Un error común es elegir la película stretch más barata por kilo o por rollo, sin considerar cuánto rendimiento da. Lo importante es el costo por tarima embalada, no el costo por kilo de film. Un film barato pero de bajo rendimiento puede requerir el doble de peso para envolver la misma carga, saliendo en realidad más caro y con más mano de obra. Por ejemplo, 1 kg de película de alto rendimiento puede embalar hasta 10 tarimas, mientras 1 kg de película convencional apenas 4 tarimas. La diferencia es abismal. Por eso, evalúe pruebas de empaque con diferentes films: pese cuánto consume para envolver un pallet con cada opción, y calcule el costo unitario real. Muchas veces una película de calidad superior (más cara por kilo) resulta más económica por pallet al necesitar menos material. En resumen, mire el costo total de uso y no solo el precio de compra.
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Aprovechar películas de alto rendimiento y pre-estiradas: Ligado al punto anterior, modernice su material si aún usa films tradicionales gruesos. Hoy existen calibres ultradelgados (30, 25 gauge) y películas pre-estiradas que logran la misma sujeción con muchísimo menos plástico. Invertir en ellas puede reducir su consumo en 30-50% inmediatamente. Si bien el precio por rollo suele ser mayor, el rendimiento lo compensa con creces. Considere que una pre-estirada de calidad puede envolver tanto tarimas ligeras como pesadas con un 40% menos de material que una película manual convencional. Además, mejora la productividad al ser más fácil de aplicar. También, en máquinas, usar film de alta elongación (250% o 300%) permite bajar las RPM o las capas aplicadas sin perder contención, ahorrando tiempo y film. En definitiva, no tema migrar a films más delgados si ofrecen las propiedades mecánicas necesarias – esta es de las estrategias más efectivas de ahorro.
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Invertir en maquinaria de envoltura (cuando corresponda): Si su operación está creciendo y aún envuelve a mano gran cantidad de pallets, evalúe adquirir una máquina envolvedora. Aunque representa un gasto de capital, se traduce en ahorro a largo plazo: las máquinas estiran mejor la película (más metros por rollo), trabajan más rápido y uniforme (ahorro en mano de obra y menos re-procesos). Un equipo semiautomático sencillo puede aumentar la productividad de 1-2 tarimas por persona/hora a 4-5 tarimas por hora, por ejemplo. Además, se minimizan errores humanos que causan desperdicio (como envolver con demasiadas capas “por seguridad”). La regla empírica es que si envuelve >20 pallets al día, una máquina se paga en poco tiempo con la reducción de costos y mejora de eficiencia. Para volúmenes menores, tal vez no haga falta; en su lugar, un carrito dispensador o herramientas de tensión pueden ayudar al operario a rendir mejor.
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Capacitar al personal en la técnica correcta: Muchas veces el despilfarro ocurre no por el material, sino por cómo se usa. Invierta en entrenar a sus operarios de embalaje en las mejores prácticas: cómo estirar manualmente el film (si es el caso) para activarle la elasticidad, cuántas vueltas dar en base, centro y cima de la tarima, cómo solapar un 50% en cada vuelta, etc. Establezca un procedimiento estandarizado de emplaye (número de capas según tipo de carga, tensión aplicada, refuerzos necesarios) y asegúrese de que se siga consistentemente. Incluso algo tan sencillo como indicar “dar 2 vueltas extra en la parte inferior de cada pallet” puede mejorar notablemente la estabilidad con mínimo gasto adicional. Por el contrario, envolver sin patrón puede llevar a veces a 5-6 vueltas innecesarias “por si acaso”. Realice pruebas de estabilidad: embale una tarima con el mínimo de film que crea suficiente, y verifique si aguanta movimientos y frenadas; desde ahí ajuste. Esta metodología científica evita tanto el sobreuso como el quedarse corto. Un personal bien entrenado y supervisado puede ahorrar hasta dos dígitos porcentuales en consumo de film respecto a personal no instruido.
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Mantener el equipo y parámetros óptimos: En operaciones con máquinas, asegúrese de dar mantenimiento regular a las envolvedoras y usar la configuración adecuada. A veces, rodillos de pre-estiraje gastados, frenos mal calibrados o sensores sucios causan roturas frecuentes de film o aplicación deficiente. Tener la máquina en buen estado previene desperdicios por rupturas inesperadas. Igualmente, controle los parámetros de la máquina – por ejemplo, tensión del film, porcentaje de estiraje, velocidad de giro. Bloquee o limite los controles si es necesario para que los operadores no hagan cambios arbitrarios. Un mal ajuste puede provocar: (a) uso de demasiada película, (b) rompimiento continuo de rollos, o (c) pallets flojos. Ninguno deseable. La filosofía es: “parametrizado correcto + mantenimiento = performance óptimo = menor costo”. Por último, verifique la báscula o contador de pallets envueltos de la máquina para llevar métricas de consumo por tarima, así detectará desviaciones.
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Manejar los rollos con cuidado para evitar desperdicio: Un consejo simple pero valioso: proteja sus rollos de film. Golpes o caídas pueden dañar los bordes del rollo, provocando que el film se rompa cada vuelta al llegar a esa sección dañada, desperdiciando muchas metros. Instruya al personal a no tirar los rollos, no apoyarlos en cantos filosos, y almacenarlos verticalmente en su caja o soporte (). Si detecta un borde estrellado, corte y deseche esas primeras capas afectadas antes de usar el rollo en producción para que no esté rompiéndose a cada rato. Un buen almacenamiento (limpio, sin calor excesivo, sin sol directo) también mantiene el film en condiciones ideales por más tiempo.
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Optimizar la logística de compras y uso: Compre inteligentemente: muchas veces adquirir rollos más largos o en mayor volumen reduce el precio unitario. Pero cuidado con excederse en inventario, porque el film con demasiados años almacenado puede perder propiedades (se recomienda rotar el stock, primero en entrar primero en usar). Use los accesorios correctos: por ejemplo, un dispensador manual ergonómico de $50 puede permitir aplicar más tensión y gastar menos film que hacerlo a mano libre. Son inversiones pequeñas que se pagan solas en ahorro de material.
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Reutilización y reciclaje del film usado: Aunque el stretch film no puede reutilizarse para empaque con las mismas propiedades (una vez estirado pierde fuerza), sí puede tener un valor de retorno. Procure recuperar la película removida de pallets (en su almacén o de clientes si es viable) y reciclarla. Si logra un volumen considerable, las recicladoras pueden pagarle por ese plástico, recuperando parte de la inversión. Incluso si no lo venden, al menos evite costos de disposición separándolo del resto de la basura. Algunas empresas han implementado con éxito programas de “bolsa de retorno”: entregan a sus clientes bolsas grandes para que guarden ahí el film stretch que quitan, y luego el transportista las devuelve llenas para reciclaje. Esto cierra el ciclo y convierte un residuo en recurso, lo cual en el largo plazo es también un ahorro (menos material virgen a comprar en la economía global).
Aplicando estos consejos – uso del calibre correcto, mejor rendimiento, maquinaria apropiada, buena capacitación y manejo – se puede optimizar notablemente el costo del emplaye. Todo ello sin comprometer la calidad del embalaje; de hecho, muchas medidas (como entrenar al personal o mantener la máquina) aumentan tanto la eficiencia como la confiabilidad del empaque. En conclusión, elegir bien la película stretch y usarla correctamente se traduce en cargas más seguras al menor costo posible para su empresa, cumpliendo así el objetivo de un embalaje industrial/comercial efectivo y eficiente.